14 diciembre, 2024

CONVERSATORIO IMAGINARIO

Por Josefina Leroux



Para elevar el espíritu, propongo un ejercicio de la imaginación inspirado en la fiesta de las letras recién efectuada en Guadalajara. El rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva, lo expresó con elocuencia: «La FIL es libertad, la FIL es un acto de amor». Y es precisamente ese amor, por las letras, por las ideas, lo que nos reúne hoy.
Bienvenidos a este conversatorio que trasciende los tiempos, la presencia y la FIL Hagamos una celebración, posible gracias al poder de la inteligencia acumulada a través de los siglos. El debate es sobre el amor desde perspectivas únicas.
Elegí a Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, Albert Camus, y Pablo Neruda, para provocar una conversación divergente y compleja.
Comencemos con una pregunta simple: ¿qué es el amor para ellos, para ustedes?
Albert Camus (filósofo, escritor francés 1913-1960):
-El amor es un absurdo maravilloso, una contradicción que nos acerca tanto a la plenitud como al vacío. Amamos porque queremos dar sentido al caos de nuestra existencia, aunque sepamos que nunca lo lograremos del todo.
Simone de Beauvoir (filósofa feminista francesa 1908-1986):
-Discrepo, Camus. El amor no debe ser un escape existencial ni una búsqueda de sentido, sino una relación entre iguales, un proyecto conjunto que nos permita ser libres y auténticos sin someternos al otro.
Pablo Neruda (poeta chileno 1904-1973):
-Pero, cómo no rendirse al amor, Simone. ¿Cómo no someterse a esa marea irresistible que nos llena de fuego y palabras? El amor es salvaje, irracional, y es ahí donde reside su belleza.
Virginia Woolf (escritora inglesa 1882-1941):
-¡Qué romántico, Neruda! Pero no olvidemos que el amor también puede ser una prisión, especialmente para las mujeres. En sus formas tradicionales, el amor ha sido una jaula decorada, donde se espera que sacrifiquemos nuestra individualidad por la de nuestros compañeros.
Camus:
-Entonces, ¿propones que rechacemos el amor? ¿Que lo veamos con cinismo?
Woolf:
-No, no. El amor puede ser sublime, pero solo cuando no exige que una persona eclipse a la otra. Es un baile delicado, y demasiadas veces el hombre pisa los pies de la mujer en ese baile.
Neruda:
-¡Pero si el amor es justamente el desbordamiento! Es el acto de perderse en el otro, de ceder al instante. Yo he escrito versos enteros sobre mujeres que me han eclipsado a mí.
Simone de Beauvoir:
-¿Y ellas te amaban como tú creías? Neruda, el amor no es solo inspiración para poemas. Es construcción. Es compromiso. Amamos, sí, pero no para disolvernos en el otro, sino para edificarnos mutuamente.
Camus:
-Eso suena a contrato social, Simone. Yo prefiero el amor trágico, el que sabe que es finito pero sigue apostando todo.
Woolf:
-¿Y qué hay del amor hacia uno mismo? ¿Puede existir amor romántico auténtico si no comenzamos por amarnos a nosotros? Para las mujeres, el amor propio ha sido históricamente negado en favor del amor hacia los hombres.
Neruda:
-Virginia, tu perspectiva es fría. ¡El amor es calor! No es racional, no es calculado. Se siente, se vive, se sangra por él.
Simone de Beauvoir:
-Eso es exactamente lo que Woolf denuncia, Neruda. Esa pasión que describes es bella en los versos, pero peligrosa en la vida. Ha sido la excusa perfecta para justificar relaciones de desigualdad, violencia y sacrificio unilateral.
Camus:
-Quizás nunca podremos escapar de esa ambigüedad. Amamos con la esperanza de trascender, pero el amor siempre nos devuelve a nuestra fragilidad humana.
Woolf:
-Entonces hagamos del amor una elección consciente, no un abismo al que saltamos sin pensar. Y hagámoslo sin las ataduras que nos dicta la sociedad, especialmente las que imponen roles de género que limitan a las mujeres.
Neruda:
-Aun así, hay algo irrenunciable en perderse en los ojos de alguien más. Si el amor no es un abismo, entonces ¿qué sentido tiene?
Simone de Beauvoir:
-El sentido no está en el abismo, sino en caminar al borde de este, juntos, libres y conscientes.
Fascinante intercambio. Parece que, incluso entre mentes brillantes, el amor fue un tema complejo, siempre difícil definirlo acaso por sus contradicciones como todo lo humano. Agradecemos sus ideas, que no caducan y seguramente resonarán en quienes las han leído.
Terminemos el ejercicio agradeciendo su existencia, su dedicación. Demos un aplauso a los admirados autores, imaginémoslos intercambiando miradas, inconscientes de lo lejos que llegarían sus ideas, pero encendidos por la interminable conversación que es el amor. Un tema apasionante y eterno.
Continuará…
josefina.leroux@gmail.com